Aunque L’Alqueria del Pilar está ubicada todavía dentro del casco urbano de Banyeres de Mariola, a pocos metros ya se puede disfrutar de hermosos parajes naturales, como el área del Molí l’Ombria. La población se situa entre dos parques naturales, divididos por cuestiones administrativas, pero que forman parte de las últimas estribaciones de la cordillera ibérica.
Parque Natural de la Sierra de Mariola
Mariola es el evocador nombre de esta sierra, que se alza entre pueblos de L’Alcoià, El Comtat y La Vall d’Albaida, tan arraigada en la cultura popular valenciana. Sus paisajes han sido y son un regalo para habitantes y visitantes. Este paisaje es herencia del aprovechamiento tradicional de los ricos recursos naturales. La propia orografía de la sierra presidida por el emblemático Montcabrer, los pastos, la nieve, las hierbas aromáticas y medicinales, los refugios naturales…, y especialmente el agua, conforman su fuerte personalidad.
De su entorno destacan las abundantes fuentes, las numerosas masías y una intrincada red de senderos, que evidencian la intensa actividad de aprovechamiento de los recursos naturales llevada a cabo por sus antiguos pobladores. La sierra de Mariola es auténtico paraíso natural en el que se da una riqueza florística sin igual en todo el País Valenciano y un importante referente donde generaciones de excursionistas continúan disfrutando de sus encantos.
Estos y otros muchos valores son los que motivaron la protección de casi 17.000 hectáreas con la declaración de Mariola como Parque Natural, el 8 de enero de 2002.
Parque Natural del Carrascal de la Font Roja
El Parque Natural del Carrascal de la Font Roja, declarado en 1987, constituye una excelente representación del bosque mixto mediterráneo.
Se localiza al norte de la provincia de Alicante, entre las poblaciones de Alcoy e Ibi, ocupando 2.298 Ha. Es una elevación montañosa orientada de suroeste a noreste, con una marcada diferencia entre sus dos vertientes, y una gran diversidad de ambientes de alto valor ecológico y paisajístico.
Destacan especies vegetales como la carrasca, el quejigo, el arce, el fresno o el tejo, y animales como el águila perdicera, el búho real, el tejón o la víbora hocicuda.
Los neveros, antiguas carboneras y masías diseminadas por el territorio, constatan la actividad humana en la zona desde hace centenares de años.